sábado, 17 de septiembre de 2016

Real

Las cuatro con cincuenta y siete, contando los minutos que faltan para salir, dijiste que estarías ahí esperando y mi estomago no sabe como asimilarlo. Mi corazón va a la velocidad de la luz, los latidos no son normales y solo puedo seguir pensando en lo que falta para verte.

Estoy inquieta, con un nudo en el pecho como cuando estoy en la cima de una montaña rusa, ese momento antes de bajar a toda velocidad, jugando con los lapices y siguiendo el ritmo de los segundos. Tomo mi abrigo y la mochila, el reloj marco la cinco y necesito verte. 

Me despido de todos y avanzo a la salida con el único deseo de abrazarte. Al doblar la esquina diviso el lugar en el que quedamos y hay tantas personas... No importa, te identifico en un instante, recostado en la pared, con la mente en las nubes y un cigarrillo en los labios. ¿Eres real? Respiro y trato de tranquilizar mis sentimientos, me acerco lentamente y sonrió cuando me notas, mientras tu retiras el cigarrillo y me abrazas ¿Esto es real? 

Mi lugar es en tus brazos, ahí entre el gentío y la avenida, sin preocupaciones ni mentiras, siendo un nosotros bajo las brillantes y descoloridas luces, perdidos en sentimientos, prendiendo fuego en el interior... 

Tu prendiéndole fuego a mi corazón.


Con amor, Anónima

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