miércoles, 26 de julio de 2017

Querido diario, día 5

Hago lo que puedo para cumplir mi promesa, esa que hice aquel ultimo día, cuando me aferraba a ti con la esperanza de que no terminara eso que tanta ilusión me hacia, lo que me mantenía de pie día a día. 

Prometo que realmente intento no estar triste, salir y pasarla bien; sin embargo lo único que consigo hacer es pensar todo el día en ti y en como pareciera que tú no me echas de menos.

Cada día lucho contra el deseo de escribirte, preguntarte si estas bien y como te va en general. Con la duda de que sucedió con tus compañeros de oficina, la chica que estaba embarazada y con las clases de zumba. Que me expliques lo complicado que son tus cursos y como mueres de sueño durante las tardes. Realmente extraño que seas mi 24/7

Mientras tu sigues tu vida yo sigo aquí, esperándote en marte. El planeta en el que vivimos durante siete meses amor, el planeta en el que construimos nuestro pequeño para siempre ese en el que soñábamos con pasteles de pizza y espinacas.

Es palpable tu ausencia, y mi pobre alma no lo soporta. Pareciera que han pasado noventa años desde que no estas.

Con amor, Anónima.

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